domingo, 20 de febrero de 2011

Realidad aumentada

Hace un tiempo, no recuerdo qué estaba haciendo en la red, y de repente me encontré con la publicidad de un libro. Debió ser algún tipo de marketing cercano al viral, realmente creo recordar que un enlace de gmail me llevó a una página de La Vanguardia, que normalmente suelo ignorar, pero algo me atrajo del libro, una novela que decidí descargarme. Y ahí se quedó, en el fondo del armario (disco duro) y en un lugar donde se esconden las cosas que ni recuerdo para que tengo, ni sé para qué las utilizaré. Sin embargo, tras una temporadita de constipados, bronquiolitis, y otros males que me impiden dormir, me encontraba con un enorme dolor de cabeza que tampoco me dejaba leer las cosas que tenía en ese momento entre manos. Me senté en mi sillón favorito, abrí el netbook y reencontré aquel archivo. Realidad Aumentada de Bruno Nievas. En  tiempos en los que las empresas editoriales se dedican a ofertar libros, tanto de ficción como de no ficción, aunque tienen especial interés en la pseudohistoria y la insultopolítica, de personajes en cuyos currículos sólo destacan artículos en la prensa, participación en tertulias, o incluso conducir programas matutinos en la tele, las dificultades para publicar una novela, eran insalvables para el autor de Realidad Aumentada, así que decidió regalarla. Gratis no es, puesto que el dominio www.realidadaumentadalanovela.com (donde se puede descargar la novela) y el servidor de las descargas los paga el autor. Pide una donación de 1€ por libro a Save the children. También puede encontrarse la novela en http://www.facebook.com/pages/Realidad-Aumentada-la-novela/121809051216412, donde si se tienen unos segundos para leer los comentarios de los demás se puede descubrir que el autor tiene un variado tipo de fans, desde aquellos que han hecho sesudas reseñas hasta aquellos otros que aseguran que el libro está entre sus favoritos y que están deseando tener un momento para leerlo (estos fans nunca te fallán).

Comencé a leer la novela, y en seguida me enganchó. No está nada mal, y eso deja en muy mal lugar a las compañías editoriales, y da qué pensar sobre la utilidad de la ley Sinde, y si realmente las editoriales son inocentes de sus propias crisis.

De acuerdo, no daría el premio Nobel de literatura a Bruno Nievas, pero entre el enésimo episodio de CSI por la tele, hace varias temporadas que me aburrieron, todos iguales, o cualquiera de los programas de cotilleo de la tele, y la novela, no hay color, se disfruta mucho más. Es una novela de entretenimiento puro, y eso lo logra con creces, incluso logra que a pesar del sueño te vayas a la cama un poco más tarde, y no porque tenga demasiados anuncios. Además para aquellos cuya economía les permita leer en soporte electrónico, es perfecto para el bus, el metro....